Por Mariana Idrogo, Codirectora de la Comisión de Behavioral Compliance AAEC, con apoyo de herramientas de inteligencia artificial.
Durante años, las organizaciones —públicas y privadas— confiaron en leyes, procedimientos y sanciones como las principales herramientas para orientar el comportamiento humano. Sin embargo, la ciencia del comportamiento ha demostrado que, a menudo, no basta con decirle a la gente qué debe hacer: también importa cómo se lo decimos.
Cada vez más los gobiernos, las empresas y los equipos de compliance están utilizando los enfoques de las intervenciones conductuales para promover decisiones más éticas, saludables y responsables, sin recurrir a la coerción.
Las intervenciones conductuales o Behavioral Interventions (BIs) son ajustes sutiles en la forma en que se presentan las opciones o la información, con el objetivo de influir en la toma de decisiones de las personas. Se basan en décadas de investigaciones en economía del comportamiento y psicología cognitiva.
Un ejemplo clásico proviene de la recaudación de impuestos en el Reino Unido: una simple carta enviada a los contribuyentes que agregaba la frase “el 95% de los contribuyentes de su comunidad ya ha pagado sus impuestos” aumentó significativamente el cumplimiento tributario (80% de cumplimiento vs. el 70% de cumplimiento cuando no se incluía la frase)
Otro ejemplo, en el ámbito médico, mostró cómo la forma en que se planteaba a los pacientes la opción de someterse a una cirugía modificaba su decisión. Cuando se les decía que tenían el “90% de chances supervivencia”, el 72% de los pacientes aceptaba la cirugía mientras cuando se les planteaba la misma opción pero indicando que existía un “10% de mortalidad”, la tasa de pacientes que aceptaba la cirugía descendía al 58%, es decir, un 14% menos. La información era la misma, pero el encuadre (framing) marcó la diferencia.
Aunque nos gusta pensarnos como seres racionales y tenemos una larga tradición de considerar nuestro pensamiento racional, lo que hoy sabemos gracias al aporte de las ciencias del comportamiento, es que las personas no somos siempre racionales al decidir. De hecho, nuestra conducta está influida por al menos cuatro grupos de sesgos:
Comprender estos sesgos y cómo operan en nuestra conducta nos permite diseñar mensajes y entornos que faciliten conductas positivas. Algo esencial para todos los que trabajamos en compliance.
Existen varias formas de intervenciones conductuales, pero a modo de sintetizar, podemos clasificarlas en cuatro grandes categorías:
Una de las características fundamentales que plantean las ciencias del comportamiento consiste en la medición del impacto de cada intervención conductual. Toda estrategia es diseñada, implementada y medida, a fin de verificar cuál ha sido su concreto resultado. Así podemos decir que existe evidencia empírica de que ciertas estrategias son efectivamente exitosas, entre ellas:
Vale la pena mencionar que la mayoría de las intervenciones conductuales son estrategias mucho más económicas que otras formas tradicionales (sanciones, vigilancia, premios, etc) de traccionar el cambio conductual. Son el ejemplo de que con pequeños ajustes se pueden lograr grandes resultados.
El enfoque conductual ofrece herramientas muy valiosas para el mundo del compliance y la integridad corporativa. Aquí podemos repasar algunos ejemplos concretos:
El principio es simple: no se trata sólo de sancionar, sino de facilitar que las personas hagan lo correcto.
Pero es importante destacar que no existe una intervención única que pueda aplicarse a toda situación. Una misma intervención no funciona igual en todos lados y es fundamental tener en cuenta el contexto cultural allí donde vaya a aplicarse.
Por ejemplo, se ha encontrado que en sociedades colectivistas, los mensajes que apelan al beneficio común (“si te lavás las manos, protegés a los demás”) resultan ser más eficaces; mientras que en entornos donde se prioriza la individualidad, funciona mejor apelar al beneficio personal (“lavarte las manos evita que te enfermes”).
Dentro del contexto y la cultura, existen también otros factores que ejercen su influencia y merecen ser mencionados, tales como: la confianza institucional, la claridad de las reglas y la percepción de justicia.
Por eso, es recomendable siempre probar las intervenciones a pequeña escala primero, y luego, en función de los resultados, ampliarlas.
Para quienes trabajamos en compliance, ética o políticas públicas, las intervenciones conductuales nos recuerdan una cuestión fundamental: la conducta humana no se regula solo con normas, sino también con un diseño inteligente del entorno a partir de la comprensión de cómo funciona nuestra toma de decisiones en la realidad.
En este sentido, el aporte de las ciencias del comportamiento es muy valioso, dado que no solo nos ofrecen nuevas herramientas para comprender más cabalmente la conducta humana sino también para diseñar estrategias -intervenciones conductuales- que nos lleven a que nuestro trabajo en compliance sea más eficiente.
Esta Comisión tiene por finalidad identificar, analizar y evaluar estrategias para el diseño e implementación de un programa de cumplimiento, con la particularidad de poner el foco en el ser humano. Los programas de compliance son cada vez más sofisticados y, en teoría, perfectos, pero requieren un cambio corporativo cultural en el que el factor humano es central, pero naturalmente imperfecto. Las neurociencias complementadas por otras disciplinas como la psicología, la genética, la biología, la medicina, el derecho, la antropología y otras, son herramientas que permiten evaluar diferentes opciones a la hora de tender puentes entre un programa de compliance y el ser humano.
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Esta Comisión se propone analizar aquellos aspectos de compliance vinculados a los datos personales y la privacidad, así como explorar los problemas morales vinculados a los datos, los algoritmos y las prácticas correspondientes, buscando las mejores soluciones tanto desde el punto de vista organizacional, como desde una perspectiva ética.
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Esta comisión tiene como propósito integrar la gestión de la diversidad, equidad, inclusión y pertenencia (DEIP) como un pilar clave para fomentar una cultura ética en las organizaciones, siendo esto esencial para resguardar la reputación de la empresa y fortalecer su programa de compliance.
Una gestión efectiva de la DEIP favorece la generación de entornos seguros para expresar preocupaciones, hacer preguntas, ordenar el comportamiento, autorregularse o reportar incidentes, todo lo cual es esencial para consolidar una cultura de integridad.
Dado que la diversidad y la ética son aspectos transversales, su adecuada gestión genera a su vez múltiples beneficios para el desarrollo de las instituciones y los negocios, promoviendo entornos más inclusivos, innovadores y sostenibles.
Esta Comisión se propone como objetivo incentivar y motivar a los concurrentes a una discusión entre pares sobre temas de defensa de la competencia, con foco en compliance y sobre la base de la normativa vigente.
Se propone un espacio para compartir experiencias y conocimiento, generando encuentros con dinámicas y temáticas atractivas, brindando, además, herramientas para la mejor implementación de los principios de competencia en el área de compliance.
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Esta Comisión nuclea profesionales vinculados con estas actividades (incluyendo bancos, compañías financieras, bursátiles y aseguradoras), para trabajar en diversas temáticas tales como prevención de lavado de dinero, fintech, cumplimiento regulatorio, gobierno corporativo y toda otra cuestión que pudiera surgir a nivel contextual y tengan efectos o impacto en alguna de las industrias mencionadas.
Esta Comisión tiene por objetivo identificar las áreas de riesgo, analizar el contexto normativo y las tendencias doctrinarias y jurisprudenciales, a efectos de brindar pautas de conducta que permitan a directores, gerentes y oficiales de cumplimiento adoptar acciones para prevenir y/o mitigar las consecuencias penales de su actividad. Además, se analizan y desarrollan temáticas inherentes al ámbito del derecho penal, siempre desde una perspectiva eminentemente práctica y vinculadas con cuestiones de compliance (vg. investigaciones internas, procesos judiciales, validez probatoria en juicio, etc.).
Esta Comisión invita a profesionales de compliance y funcionarios a explorar las alternativas de aplicación de las buenas prácticas de compliance corporativo en el ámbito estatal. La comisión es, a su vez, un espacio de reflexión teórica sobre public compliance y un grupo de estudio sobre las mejores prácticas en la materia, en organismos públicos y empresas estatales. Asimismo, funciona como un ámbito de networking genuino e intercambio de experiencias entre expertos en anticorrupción y compliance, practicantes recién llegados a la disciplina y funcionarios de todos los niveles y poderes del Estado.
Esta Comisión aborda los temas concernientes a compliance en la industria farmacéutica y dispositivos médicos, en un ámbito profesional de confianza que auspicia el debate abierto de problemáticas de interés común.
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Esta Comisión propone ser un lugar de encuentro de los profesionales que se desarrollan en prácticas vinculadas con la prevención, detección y respuesta al fraude en las organizaciones. La comisión trabaja activamente para desarrollar y compartir entre pares las mejores prácticas del mercado en materia anti-fraude y anti-corrupción.
Esta Comisión propone una dinámica teórico-práctica, cuyo alcance se vincula con las cuestiones metodológicas que coadyuvan a la implementación de un sistema de gestión, mediante la aplicación de uno o más estándares tales como –por ejemplo- ISO 19600, ISO 31.000, la implementación de una nueva normativa, o el diseño e implementación de planes de acción específicos. La Comisión se focaliza en aspectos de la gestión y en la resolución de los diversos problemas que se presentan en la realidad de las empresas (ya sean públicas o privadas y sin importar la actividad a la cual se dedican).
El Propósito de esta Comisión es permear la perspectiva de Sostenibilidad en la gestión estratégica del Compliance, profundizando la interrelación virtuosa que existe entre ambas disciplinas. Pretende ser un espacio no sólo de difusión y divulgación de temas vinculados a la Sostenibilidad, sino además -y especialmente- un catalizador de iniciativas que la promuevan entre todos los grupos de interés del ecosistema de la AAEC.
Esta Comisión invita a todas a aquellas personas con interés en promover buenas prácticas de Sostenibilidad a ser parte e involucrarse activamente en las distintas acciones que se lleven adelante.
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El objetivo de esta comisión consiste en tomar temas de interés o estudio de la AAEC y presentarlos para conversación, discusión y reflexión, desde la perspectiva de distintos marcos conceptuales, integrando los puntos de vista de varias comisiones de estudio. En este sentido, esta comisión propone una actividad con la característica de transversalidad.
La Comisión contribuirá de este modo a generar espacios de actualización, reflexión, o debate sobre diversos temas que son de interés de la AAEC por encontrarse dentro del marco conceptual de su trabajo. Los temas podrán ser cuestiones sobre las que la AAEC desea generar conciencia o cultura ética o temas de actualidad de la agenda del país, de la región o incluso a nivel mundial.